Climaterio, Menopausia y Sexualidad

A medida que ha avanzado el conocimiento sobre el climaterio y la menopausia se ha comprobado que es un proceso normal, por el que atraviesa cualquier mujer que llega a esta edad (40 a 60 años). En algunas mujeres se acompaña de una serie de molestias y problemas que pueden afectar la calidad de vida, se presentan en ellas ciertas alteraciones físicas y psicológicas asociadas con la disminución de los niveles de hormonas en el organismo de la mujer. Sin embargo, hay mujeres que llevan esta etapa con mucha naturalidad y tranquilidad.

Debemos distinguir dos conceptos:

•  Climaterio, es el periodo de cambio de la vida reproductiva a la no reproductiva. Dura varios años y en cada mujer tiene su propio periodo.

• Durante el climaterio, sucede el último sangrado menstrual, al cual médicamente se le llama Menopausia. Para que una mujer sepa que verdaderamente está en su menopausia debe pasar, mínimo, todo un año sin sangrado.

Existen muchos cambios que pueden afectar la vida y la salud tanto física como emocional de la mujer. Esto se debe principalmente a la drástica disminución de las hormonas, principalmente estrógenos, por parte de los ovarios; lo cual ocasiona cambios en todo el organismo. Por un lado la piel va perdiendo elasticidad, lo que hace que aparezcan arrugas, los senos se vuelven péndulos, el abdomen flojo y la distribución de la grasa cambia; por otro lado, se dan cambios en el sistema reproductor y urinario como la disminución del vello púbico, el adelgazamiento de los tejidos de la vulva y de la vagina, la disminución de los fluidos vaginales y el incremento del pH, que favorece la presencia de infecciones. 

En cuanto a la respuesta sexual, ésta puede cambiar pues disminuye la capacidad de lubricación vaginal, la erección del clítoris es menor, y las contracciones a nivel vaginal están presentes pero en menor tiempo de duración.

¿Cuáles son los síntomas del Climaterio?

• Periodos menstruales alterados: cambia la frecuencia de los ciclos y los días de duración. Se hacen cada vez más escasos.
• Sensación de calor: llamados también bochornos. Generalmente duran entre 10 y 30 minutos y pueden presentarse varias veces al día o algunas veces por semana. La sensación es más intensa en cara, cuello o pecho y puede acompañarse de sudoración.
• Insomnio y bochornos nocturnos que pueden causar ansiedad, tensión e irritabilidad.
• Disminución del apetito sexual.
• Resequedad vaginal que puede originar dolor al tener relaciones sexuales y predisposición a infecciones vaginales.
• Pérdida del tono muscular y la fuerza de los ligamentos que sostienen estructuras como la vejiga y el útero. Esto favorece la incontinencia urinaria, infecciones y otras alteraciones.
• Piel seca, arrugas y caída de cabello.
• Cambios psicológicos: alteraciones de la memoria, irritabilidad, depresión.
• Osteoporosis asociada a fracturas y disminución de la estatura.
• Otras alteraciones menos frecuentes son: hormigueo de manos y pies, debilidad muscular o dolor importante en las articulaciones, náusea, vómito, fatiga. 

Sin duda estos hechos favorecen a que la mujer se sienta menos atractiva y esto puede afectar el disfrute de su sexualidad, evitando tener relaciones sexuales; incluso aquí entran a tallar algunos mitos y tabúes en relación a este tema por ejemplo muchas personas piensan y dicen “la mujer ya no debería tener relaciones sexuales”, “ya pasó su época para esas actividades” “Sólo debe dedicarse a los nietos y la casa”.

Pero, a pesar de todos estos cambios y pensamientos negativos, la mujer que llega a esta etapa de la vida primero debe aceptarla como algo natural, tratándose de una etapa más en la vida de toda mujer, para a partir de ello aprender a disfrutar esta nueva etapa con ella misma, con su pareja y con su familia.

Particularmente también debería disfrutar de su sexualidad, pues ya tiene algunas ventajas a su favor, por ejemplo: ya no existe el temor a la posibilidad de quedar embarazada, disminuye o desaparece la responsabilidad para con los hijos, y por lo tanto hay más tiempo y libertad para disfrutar de ellas mismas y/o con sus parejas.

 
Para poder atravesar esta etapa de la mejor manera posible se debería brindar un manejo integral:

Es importante educar sobre el funcionamiento sexual y, si es necesario, el manejo médico de síntomas o problemas que interfieren en el deseo o la actividad sexual, con el uso de terapia farmacológica hormonal. Esta mejorará los síntomas como las sofocaciones, mejora la calidad del sueño, y el tratamiento local con estrógenos restablece el tejido de la vagina y sus funciones, para ello pueden usarse óvulos o cremas vaginales. Se puede usar además lubricantes para disminuir las molestias en las relaciones sexuales.

Si se dan problemas emocionales, siempre existe la posibilidad de llevar un acompañamiento psicoterapéutico y tratar de mejorar la relación consigo misma, con la pareja y la familia:

• Fortalecer su autoestima
• Eliminar las actitudes negativas y prejuicios en torno a la sexualidad en general, y a las relaciones sexuales en particular.
• Mejora de la relación, a través de la comunicación entre la pareja.
• Practica de ejercicios específicos para esta área (ejercicios de Kegel).

Para tener una buena calidad de vida durante esta etapa, se debe:

• Tener una alimentación saludable.
• Realizar ejercicio físico, al menos media hora cada día.
• Moderar en el consumo de alcohol.
• No fumar.
• No tomar medicamentos innecesarios.
• Mantener un peso saludable.
• Juegos, diversiones y vida sexual.
• Ejercicios mentales.
• Llevar una vida satisfactoria.
• Realizar visitas al médicos y psicólogo.
• Mantener la autoestima en alto.

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